En 1935 el Consejo Nacional de Educación instituyó al 18 de mayo como Día de la Escarapela, uno de nuestros emblemas patrios más representativos.
Fue creada en 1812, por solicitud de Manuel Belgrano, durante el Primer Triunvirato como distintivo en las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Tuvo como objetivo unificar los colores del ejército, distinguirse de los enemigos y fomentar la unidad nacional.
Los argentinos y argentinas utilizamos esta insignia del lado izquierdo del pecho, en las fechas vinculadas a su creación (18 de febrero), durante toda la Semana de Mayo (desde el 18 al 25), y también en días festivos nacionales, tales como el Día de la Bandera (20 de junio) y el Día de la Independencia (9 de julio).
Fue creada tras combatir contra los realistas durante la Campaña al Paraguay. La propuesta del Gral. Belgrano fue aceptada y su uso fue decretado un 18 de febrero de 1812, cuando pasó a ser parte del uniforme patriota. Desde 1947, la adopción de esta insignia se conmemora cada 18 de mayo
La escarapela es el primer símbolo patrio argentino y simboliza el espíritu nacional creado cuando el objetivo de los patriotas era lograr la independencia. Su creador, economista, abogado y militar casi “obligado” a serlo, según él mismo admitió en sus memorias, al reconocer que sus conocimientos militares “eran muy cortos…”. Pero no lo fueron cuando, en campo de batalla contra los realistas durante la campaña al Paraguay, notó la necesidad de incorporar algún distintivo entre sus soldados para que se reconocieran entre sí agregando alguna insignia en sus uniformes. Así fue como nació la escarapela azul celeste y blanca.
“Parece llegado el caso de que Vuestra Excelencia se sirva declarar la escarapela nacional que debemos usar, para que no se equivoque con la de nuestros enemigos, y no haya ocasiones que puedan sernos de perjuicio; y como por otra parte observo que hay cuerpos del ejército que la llevan diferente, de modo que casi sea una señal de división, cuyo nombre, si es posible, debe alejarse, como Vuestra Excelencia sabe, me tomo la libertad de exigir de Vuestra Excelencia la declaratoria que antes expuse”, aconsejó en una carta enviada al Triunvirato al Gobierno central del Primer Triunvirato fechada el 13 de febrero de 1812.