(Las imágenes provienen de una conferencia que se dio en el VII Congreso de Ingeniería Aplicada)
Los dispositivos, diseñados íntegramente con tecnología local, prometen abaratar costos para proteger viviendas, comercios o industrias emplazadas en el Oeste del país.
Su diseño es único a nivel nacional y presenta diferencias claves respecto de dispositivos comerciales, lo que permitió su patentamiento por parte de la Unidad de Gestión de Propiedad Intelectual (UGEPI), dependiente del Rectorado de la UTN.
La Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Mendoza obtuvo la patente de un innovador dispositivo de aislación sísmica elastomérico diseñado para aplicarse en viviendas y edificios de bajo porte. El proyecto fue liderado por el Dr. Ing. Gustavo Gioacchini y el Dr. Ing. Miguel Tornello, investigadores del Centro Regional de Desarrollos Tecnológicos para la Construcción, Sismología e Ingeniería Sísmica, CEREDETEC, quienes llevan más de veinte años estudiando soluciones para reducir daños en zonas de alta peligrosidad sísmica.
“Nuestro sistema permite incorporar aislación sísmica a viviendas comunes, algo que hoy es económicamente imposible porque los dispositivos importados son muy caros y no son fácilmente amortizados para construcciones de baja y mediana superficie, como son viviendas, comercios o industrias”, explica Tornello. “Con esta patente demostramos que es posible desarrollar tecnología de punta en Argentina a un costo accesible y con materiales disponibles en el país, además de la tecnología para su fabricación”.
Una investigación que comenzó hace dos décadas
El camino empezó a comienzos de los 2000, cuando la UTN Mendoza construyó el edificio para Residencias Universitarias, primer edificio con aislación sísmica en la Argentina. Ese antecedente impulsó diferentes líneas de investigación que incluyó fabricación de prototipos, ensayos experimentales y modelación computacional.
Entre 2012 y 2016 se produjo la primera generación de aisladores elastoméricos. Luego, entre 2019 y 2023, llegó la segunda generación —la que hoy está patentada— con mejoras sustanciales en diseño, rigidez y comportamiento sísmico. Actualmente, el equipo desarrolla un tercer dispositivo, de tipo friccional, orientado a proteger equipamiento hospitalario de alta complejidad.
“Son dispositivos pensados para funcionar en viviendas de uno o dos pisos, industrias pequeñas y comercios que hoy no pueden protegerse sísmicamente debido a que debemos importar los dispositivos además de su costo en relación con el costo de la propia construcción”, aclara Gioacchini. “El 85% de las edificaciones del oeste argentino podría usar esta tecnología si estuviera disponible a un precio razonable”.
¿Qué los hace novedosos?
El aislador patentado combina goma elastomérica, placas de pultruido (material conformado por fibra de vidrio con resinas epoxídicas, el cual tiene la característica de ser liviano, rígido y de una elevada resistencia a tracción) y distintas configuraciones según la necesidad estructural. Algunos prototipos incluyen núcleo de plomo, utilizado mundialmente para mejorar la disipación de energía sísmica y aumentar su amortiguamiento.
Su diseño es único a nivel nacional y presenta diferencias claves respecto de dispositivos comerciales, lo que permitió su patentamiento por parte de la Unidad de Gestión de Propiedad Intelectual (UGEPI), dependiente del Rectorado de la UTN.
Otra parte del logro es invisible pero fundamental: los investigadores debieron construir un aparejo de carga especial, inexistente en Argentina, para poder ensayar los prototipos en el laboratorio de estructuras del CEREDETEC.
Un avance con impacto social, económico e institucional
La aislación sísmica es una tecnología utilizada en hospitales, aeropuertos y edificios estratégicos del mundo. Sin embargo, su costo en Argentina la vuelve inaccesible para viviendas y construcciones de bajo presupuesto.
La UTN plantea revertir esa ecuación. Con fabricación nacional y materiales disponibles en el mercado local, el dispositivo permitiría ampliar la protección sísmica a otros tipos de construcciones con el objeto de reducir daños, cuidar los contenidos, evitar las pérdidas económicas y sobre todo la perdida de vidas humanas frente a futuros terremotos.
El patentamiento también tiene impacto académico: las patentes son un indicador clave en los rankings internacionales de universidades. “Este logro posiciona a la universidad y demuestra que la investigación puede traducirse en innovación real”, señala Tornello.
¿Qué viene ahora?
El próximo paso es la transferencia al medio. “Nosotros como investigadores llegamos hasta el desarrollo de la presente etapa. Ahora la universidad, con la cual compartimos la patente, debería decidir cómo avanzar hacia la producción y comercialización, lo cual se canalizaría a través de la Unidad de Vinculación Tecnológica (UVT) de nuestra Facultad”, sostienen.
Para que llegue al mercado será necesaria una unidad de negocio o alianzas con empresas del sector: fabricar en serie, validar modelos y llevar los dispositivos a obras reales.
Si se concreta, Mendoza podría convertirse en la primera provincia argentina en producir aisladores sísmicos accesibles para viviendas, un avance que tendría impacto directo en miles de familias situadas en una de las zonas sísmicas más activas del país.





